Creo que no me equivoco al decir que la mayoría de las personas que han pasado por la escuela primaria han realizado una germinación ¿Se acuerdan? Ese momento en que la maestra mandaba a pedir un frasco, algodón o arena, papel secante y porotos o garbanzos. Poder explorar por nuestros propios medios siempre le agregaba una excitación extra. Pero, ¿Cuál era el objetivo de esta actividad? Pienso que desde el momento que tomamos conciencia de nuestro entorno nos damos cuenta que existen las plantas pero son contados los casos en los cuales nos cuestionamos su origen y función. Es por eso que cuando llevamos a cabo la experiencia podemos empezar a entender, a involucrarnos y a razonar sobre su importancia. La maestra pretende acercarnos a una zona del conocimiento próximo que después quedará a cargo de cada uno seguir explorando.
Analógicamente a esta situación quiero permitirme comentarles algo que me paso últimamente. Al igual que las plantas, yo sabía que la política existía y había sido creada por algo pero no la cuestionaba, la miraba de lejos, casi con recelo. No fue si no hasta que alguien generó en mí la necesidad de poder llevar adelante mi propia investigación que comencé, tímidamente, a participar de charlas, reuniones y actividades políticas. Al principio fue un camino dificultoso, porque para alguien que no tiene una base política es desesperante no poder entender varias cuestiones, con esto no quiero decir que a estas alturas me considere una experta pero hay algo que comprendí…no es asunto de entender si no de sentir. Estas últimas semanas he vivenciado una serie de eventos que dan cuenta que estoy engendrando algo de que yo no me creía capaz. Al igual que aquellas cosas necesarias para hacer la germinación creo que, quizás sin darme cuenta, me han puesto en las manos los ingredientes para militar. ¡Que palabra tan cuestionada! Esa militancia que como una germinación hace palpable la justicia, la solidaridad, el compañerismo, el respeto y sobre todo la búsqueda de una igualdad, esa que genera pertenencia y lucha. Creo que mi cambio se esta haciendo cada vez más notable porque mi entorno comienza a cuestionarme, a veces con criticas constructivas y otras con la sola idea de que así van a conseguir doblegarme. Además quiero dejar claro que no pretendo que lo entiendan ni que lo compartan, solo exijo respeto, como ser razonable estoy convencida de que el cambio es posible y necesario, la evolución es un hecho y la especie humana en sí es un ejemplo viviente de ello.
Hoy levanto una bandera de la que estoy convencida, un estandarte que proyecta una sociedad más justa y sobre todo una insignia de humanización.
