Para Oscurín un Rivotril


La aparición de un grupo de militantes juveniles que abrazamos la política con real convicción, ha puesto en vilo al mayor grupo económico-mediático del país ¿Qué le pasa a Oscurín? ¿Por qué está tan nervioso?
De la hecatombe del 2001, hay un elemento que el poder económico añora y pretende revivir constantemente: la antipolítica. Aquél impulso de la sociedad frente a una partidocracia servil, hasta tenía su lógica. A partir del 25 de mayo del 2003, el entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner, comenzó a devolverle significado a la política.
De este modo, la política fue recuperando su lugar y su sentido. La economía, los gurúes, tecnócratas y demás verdades reveladas del mercado, se fueron transformando en piezas de museo. Un proyecto político claro que establecía la soberanía política y la independencia económica como pilares básicos para recuperar la justicia social, devolvió su lugar a la otra palabra estigmatizada y condenada a los márgenes en la noche de los ’90: la militancia.
Así, miles de militantes nos vimos convocados por este Proyecto. Y entre esos miles, muchísimos éramos y somos jóvenes. Sí Oscurín, muchos jóvenes argentinos que crecimos viendo tu ficción, que te vimos brindar con Videla, mientras hoy llamás a Alfonsín Padre de la Democracia… Miles de jóvenes que no escuchamos tu denuncia frente al saqueo de la Patria durante la década neoliberal, que te vimos sostener el gobierno de la Alianza hasta llevar a la Argentina, no a las puertas sino al corazón del abismo… En definitiva, miles de jóvenes que vemos en este proyecto la oportunidad histórica de devolverle al Pueblo la dignidad que se merece y que vos le negaste con tus socios de turno.
Y no te gusta… ¿Qué esperás? ¿Que nos sentemos a ver como te apropias de la palabra monopolizándola? ¿Que desperdiciemos otros 30 años por tu capricho? Nosotros queremos una Argentina Grande y un Pueblo Feliz. A eso no renunciamos y parece que vos no estás de acuerdo.
¿Qué te pasa querido?
Hace un tiempo, un grupo de militantes de ese campo nacional y popular que recuperó la política, decidió comenzar a trabajar en la organización de esa fuerza nacida en el 2003, de ese impulso juvenil, de ese dato nuevo de la política que no te gusta: militantes por convicción y, además, jóvenes. Vos que despojás a la política para arrodillarla, no te bancás no poder cooptarla.
Con este grupo de compañeros decidimos, en honor a la Historia, tomar el nombre de Héctor J. Cámpora, un símbolo de Lealtad. Sí, Lealtad… Sabemos que la palabra te duele. Sabemos que los grupos económicos creían haberla erradicado cuando mercantilizaron la política con la complicidad de muchos políticos. Sentíamos que ése era el nombre para refrendar aquello que soñamos construir…
Una parte del asunto ya es conocida: hicimos 10 carteles de cartón y te pusiste loco ¡Falangistas! No era para tanto, che. Seguramente han existido errores, pero tenemos memoria y sabemos que nuestro país no es el mismo que aquel que tuvimos que sufrir en el pasado reciente.
Un negocio fácil de enseñar pero difícil de explicar
La última hazaña es sólo una anécdota más producto de tu capacidad que oscila entre el desvarío, la ficción y el odio… Oscurín, explicale a la gente el negocio del fútbol: eso es lo que importa. Tenés tantas cosas sobre las cuales se podrían sustentar páginas y páginas de tinta… Nosotros queremos seguir trabajando por nuestro País, por nuestro Pueblo. ¿Nos dejás?
Pegás como partido político pero te defendés con la libertad de prensa, armaste un circo con las interferencias. Después, no hablaste más de las interferencias, tiraste la piedra y te escondiste. Sembrás dudas para levantar cosechas que sirvan a tu extensión omnipresente en las imágenes, en los audios, en el papel y en la tierra.
Sencillamente queremos que a los argentinos no nos pase más el no te metas, el mirar para el costado mientras secuestran, torturan, asesinan y desaparecen miles de compatriotas, o se celebra el genocidio del mercado como en los ’90.
No queremos más esas cosas, queremos un pueblo consciente y organizado, que Nunca Más sea instrumento de la ambición de nadie.
Nuestro Candidato es el Proyecto ¿Vos te presentás?
Resulta por demás llamativo que, cuando Cristina Fernández fue elegida Presidenta por una diferencia escandalosa, con casi la mitad de los votos del electorado, la noticia del Graaan Diario haya sido la mitad que no votó al proyecto (¿?) … Y fue en e se momento cuando a través de tus cívicos voceros de ocasión operaste sensaciones infundadas tan nocivas para nuestra democracias tales como fraude, manipulación, coacción, y otras tantas barbaridades.
Muy a tu pesar, el proyecto se profundizó. Una vez afuera del infierno, tu pesadilla se hizo realidad: redistribución del ingreso. Y vos te crispaste, nosotros estábamos tranquilos. Y eso no lo podés tolerar. Saliste a echar maldiciones, recolectaste a todos los personeros del odio sueltos y los trataste de organizar. Diste rienda suelta a los jinetes del Apocalipsis… Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, el proyecto avanza y nuestro avance es directamente proporcional a la animadversión de muchos…
Movilidad jubilatoria, nacionalización de los fondos de las AFJP, Aerolíneas al Estado y ahora la tan esperada propuesta de Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Redistribución del ingreso más redistribución de la palabra… Una blasfemia para las reglas de tu mundo… Una bendición para el pueblo argentino.
La politiquería servil se rinde a tus pies y se pelea por gratificarte, en un concurso de insultos que los ridiculiza. Ninguna idea, ninguna propuesta, sólo resentimiento puro que no tendrá retorno. Sería bueno que hables por vos, le digas al pueblo argentino lo que querés hacer … No te abuses de los lacayos que te conseguiste el 17 de julio del año pasado (quedátelos!)… Honremos todos juntos a nuestra democracia y que las urnas hablen.
Nuestro Proyecto está claro. Ése es el candidato, ese es el testimonio.
Nuestra fuerza es la militancia, la que habíamos perdido en un país que se extravió y que hoy podemos expresar con la plena convicción de defender un futuro para los argentinos. Eso es La Cámpora. Junto a otras organizaciones juveniles del kirchnerismo, del peronismo, de la centro izquierda, de los movimientos sociales, del movimiento obrero y de la cultura en todo el país, pretendemos la felicidad de nuestro Pueblo y la grandeza de nuestra Nación.

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